Bizcochitos de limón

1) Esta receta de bizcochitos de limón tiene 3 elaboraciones: la masa de los bizcochitos, un almíbar de limón y un glaseado de limón para cubrir los bizcochitos. El glaseado de limón podemos decir que es opcional, ya que es apto solo para los muy golosos porque resulta excesivamente dulzón.
Lo primero que vamos a hacer es preparar la masa de los bizcochitos y para ello, lo primero es poner a fuego medio un cazo con la leche y la mantequilla. Dejamos que la leche se caliente y a medida que la mantequilla se va derritiendo, mezclamos con unas varillas sin dejar que la leche llegue a hervir. Cuando tengamos una mezcla homogénea, retiramos la leche a otro recipiente para que se enfríe completamente.
Cuando ya esté la leche fría, ponemos en un bol los huevos (que tienen que estar a temperatura ambiente), añadimos el azúcar y mezclamos con unas varillas eléctricas durante unos 5 minutos. A continuación, añadimos la leche en hilo sin dejar de mezclar con las varillas hasta que esté toda la leche integrada en la mezcla.

2) A continuación, añadimos la harina y la levadura química, pasándolos previamente por un colador o tamiz para que no se formen grumos, y mezclamos con las varillas hasta tener una mezcla homogénea. En este punto, ya tenemos lista la masa de los bizcochitos.
Para esta receta, vamos a utilizar un molde típico de hacer magdalenas pero también podríamos usar flaneras o moldes individuales de los de usar y tirar. Engrasamos el molde con mantequilla y vertemos la masa llenando casi hasta arriba, dejando libre solo un poco menos de 1 cm del borde superior para que nos queden unos bizcochitos más bien altos.
Con el horno precalentado a 180º C con calor arriba y abajo, metemos el molde en el horno y horneamos a 180º C durante 8 minutos. Después, bajamos la temperatura a 160º C y horneamos 15 minutos más. Podemos comprobar que los bizcochitos están listos pinchándolos con un palillo y si el palillo sale limpio, significa que ya están listos. Dejamos el molde 10 minutos dentro del horno con la puerta entreabierta y después lo sacamos del horno y lo dejamos atemperar encima de una rejilla.
Cuando el molde esté templado, desmoldamos los bizcochitos y los ponemos encima de la rejilla.

3) Con los bizcochitos aún algo calientes, los vamos a bañar en un almíbar de limón.
Podemos preparar el almíbar mientras los bizcochitos están en el horno. Para preparar el almíbar de limón, ponemos un cazo a fuego medio-fuerte con el zumo de limón, el agua y el azúcar y mezclamos bien con unas varillas hasta que el azúcar se disuelva por completo. Esperamos a que la mezcla empiece a hervir, bajamos el fuego y mantenemos el hervor unos 2-3 minutos. Después, retiramos el almíbar a un recipiente para que se enfríe.
Por tanto, con el almíbar frío y los bizcochitos algo calientes, vamos a bañar cada bizcochito en el almíbar. Cogemos el bizcochito por el borde superior (que es más ancho) y lo metemos en el almíbar sin empapar el borde superior. Así al sacarlo del almíbar, no se nos va a quedar pegado en el plato donde lo coloquemos. Hacemos lo mismo con el resto de bizcochitos.

4) Por último, vamos a preparar un glaseado de limón para cubrir los bizcochitos. Este glaseado es apto solo para los súper golosos ya que es azúcar puro. Si no queréis preparar el glaseado, podéis quedaros con los bizcochitos simplemente bañados en el almíbar, los cubrís con un poco de azúcar glass y así ya están buenísimos.
Para preparar el glaseado, ponemos en un bol el azúcar glass y le vamos añadiendo cucharadas soperas de zumo de limón y mezclando hasta que nos quede una mezcla homogénea y sin grumos y con una textura tirando a sólida pero lo suficientemente líquida como para que resbale por los bizcochitos. A nosotros nos hicieron falta 3 cucharadas soperas de zumo para 150 g de azúcar glass.
Para bañar los bizcochitos con el glaseado, los bizcochitos tienen que estar completamente fríos. Con el glaseado listo y con la ayuda de una cuchara, bañamos los bizcochitos a nuestro gusto: podemos cubrirlos solo por arriba, por toda la superficie, solamente la mitad...

Una vez cubiertos los bizcochitos con el glaseado, hay que dejarlos reposar un par de horas para que el glaseado se solidifique y después, ya están listos para comer!
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