Leche asada

1) La leche asada es un postre muy parecido al flan de huevo con la diferencia de que la leche asada no se hornea al baño maría.
Lo primero que haremos para preparar la leche asada será hacer el caramelo. Para ello, ponemos el azúcar en un cazo, añadimos un poco de agua y unas gotitas de zumo de limón. Mezclamos hasta que se humedezca todo el azúcar y encendemos el fuego a temperatura medio-fuerte.
El azúcar empezará a burbujear y podemos ir removiendo la mezcla moviendo el cazo pero nunca removiendo con utensilios de cocina. Cuando pasen un par de minutos, las burbujas empezarán a cambiar de color cogiendo poco a poco un tono tostado. Lo mantenemos al fuego hasta que se dore un poco y nos quede ni muy rubio, ni muy tostado. Cuando el azúcar esté completamente líquido y a nuestro gusto, apagamos el fuego y lo vertemos en el molde donde después vamos a hornear la leche asada, para que se enfríe.

2) A continuación, vamos a preparar la mezcla de la leche asada. Para ello, ponemos en un bol los huevos y los batimos bien. Añadimos el azúcar y lo mezclamos con las varillas. Cuando el azúcar esté perfectamente integrado, añadimos la leche y la esencia de vainilla.

3) Mezclamos bien hasta tener una mezcla homogénea y sin grumos. Colocamos la mezcla en el molde y metemos el molde en el horno precalentado a 160º C con calor arriba y abajo.
Vamos a hornear la leche asada en la parte media-alta del horno a 150º C durante unos 90-100 minutos. El tiempo de horneado va a depender principalmente del molde que usemos para hornera la leche asada. En esta receta utilizamos un molde cuadrado de 20 x 20 cm y 6 cm de alto. Para este molde, necesitamos 100 minutos de horno para que la leche asada quedara bien cuajada. Al acabar el tiempo de horneado puede parecer que la leche asada aún no está cuajada porque "baila" cuando movemos el molde. Sin embargo, al enfriar va a coger su textura característica y vamos a comprobar que ya no "baila" y que se ha cuajado perfectamente.
Sacamos el molde del horno y dejamos que se enfríe a temperatura ambiente. Una vez que se haya enfriado, tapamos la leche asada con papel film y la metemos en la nevera un mínimo de 4 horas para que se enfríe aunque lo ideal es dejarla de un día para otro.

Servimos la leche asada regando por encima con el caramelo que ha quedado en el fondo de la fuente.
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