New York Cheesecake

1) Lo primero que haremos para hacer esta cheesecake será preparar la base de la tarta. Para ello, vamos a necesitar galletas tipo María, mantequilla, ralladura de limón y unas almendras o el fruto seco que nos guste. La ralladura de limón y las almendras son opcionales pero le dan un toque súper rico a la base de la tarta.
Machacamos las almendras en un mortero y haremos lo mismo con las galletas. Tenemos que machacar bien las galletas hasta conseguir que nos quede una especie de polvo de galleta. Para ello, podemos meter las galletas en una bolsa de plástico cerrada y golpearlas con el rodillo de cocina, o si tenemos un robot de cocina, meterlas en el vaso picador y triturarlas hasta que conseguir ese polvo de galleta. Cuando tengamos las galletas machacadas, las colocamos en una fuente y añadimos la ralladura de limón, las almendras picadas y removemos para mezclar estos ingredientes.

2) A continuación, vamos a derretir la mantequilla en el microondas y cuando esté derretida y templada, la vertemos sobre el polvo de galleta. Mezclamos la mantequilla con la galleta hasta que se integre completamente.

3) Una vez que tenemos la mezcla de la base de la tarta preparada, vamos a forrar con papel de horno un molde desmoldable de 20 cm. Cortamos el papel de hornear del tamaño de la base y una tira para forrar el lateral del molde. Para facilitar que el papel se quede pegado al molde, lo mojamos con un poco de aceite de girasol o mantequilla.
Colocamos la mitad de la mezcla de galleta en la base del molde, la repartimos con una cuchara y presionamos hasta que quede bien compacta. Añadimos el resto de la mezcla de galleta y cubrimos el borde con la ayuda de un vaso. Vamos colocando poco a poco la mezcla y presionando la galleta con el vaso hasta que esté todo el lateral cubierto como se ve en la última foto. Con cuidado para que nos se nos desmonte, metemos el molde en la nevera unos 30-45 minutos para que se enfríe y se compacte la base de galleta.

4) Mientas se enfría la base de galleta, vamos a preparar la mezcla de la cheesecake. En un bol amplio colocamos el queso crema y con la ayuda de unas varillas o una lengua de gato lo removemos un poco para que se ablande y se ponga cremoso.
Cuando ya tengamos el queso con textura de crema, vamos a ir incorporando los 3 huevos de uno en uno. Añadimos un huevo, mezclamos con las varillas y cuando esté bien integrado en la mezcla, añadimos el siguiente.
Cuando tengamos los 3 huevos bien integrados, añadimos la yema de huevo y mezclamos hasta que se integre completamente.

5) A continuación, añadimos el azúcar y removemos también hasta que se integre completamente en la mezcla. Sabemos que el azúcar está perfectamente mezclado cuando deja de hacer el ruido tan característico de los cristales de azúcar triscando. Después, añadimos las dos cucharadas de nata líquida.

6) Mezclamos bien la nata y añadimos la harina tamizada poco a poco. Removemos hasta tener una mezcla homogénea y sin grumos y por último, añadimos el zumo de limón, mezclamos y ya tenemos lista la mezcla de la cheesecake.

7) Como vamos a hornear la New York Cheesecake al baño maría, tenemos que envolver la base del molde en papel de aluminio para así evitar que nos entre agua dentro de la tarta. Precalentamos el horno a 200º C con calor arriba y abajo.
Sacamos la base de la tarta de la nevera y veremos que ya está bien compacta. Forramos la base del molde con papel de aluminio y vertemos la mezcla del queso sobre la base. Cuando esté toda la masa en el molde, alisamos la superficie con una lengua de gato.

8) Para preparar el baño maría podemos añadir agua bien caliente a la fuente donde vamos a colocar la tarta de queso o bien ya tener con anterioridad la fuente llena de agua en el horno mientras se precalienta el horno.
Metemos el molde de la cheesecake en el agua del baño maría y horneamos 15 minutos a 200º C. Pasados los 15 minutos, bajamos la temperatura del horno a 180º C y horneamos durante 30 minutos más. En total son 45 minutos de horneado.
Pasado el tiempo de horneado, apagamos el horno y dejamos la tarta dentro del horno con la puerta entreabierta durante 20 minutos.

9) Pasados los 20 minutos, sacamos la cheesecake del horno con cuidado de no quemarnos con el agua. Le sacamos el papel de aluminio y dejamos que se enfríe unas tres horas a temperatura ambiente. Lo ideal es dejar que la tarta se enfríe completamente a temperatura ambiente y después meterla en la nevera para que se enfríe bien y el queso se asiente y se compacte. Nosotros la solemos dejar en la nevera una vez fría de un día para otro.
Cuando la tarta esté fría, la desmoldamos y ya estaría lista para cortarla en porciones y servir.

La New York Cheesecake es una tarta deliciosa que está buenísmima por sí sola pero lo tradicional es cubrirla con mermeladas o algún coulis de frutas. Nosotros en esta ocasión, la acompañamos de un coulis de frutos rojos que le va de maravilla.
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