Si compramos pulpo fresco es necesario que lo metamos en el congelador un mínimo de dos días para poder cocinarlo posteriormente. El motivo es que la congelación ayuda a romper las fibras musculares del pulpo y conseguir así que no nos quede duro.
Antiguamente, cuando no existían los congeladores, lo que se hacía para romper las fibras era golpear el pulpo contra las rocas o contra una superficie dura, que es lo que se conoce en Galicia como ”mazar el pulpo”. Dice una tradición marinera que había que mazarlo 33 veces para conseguir que quedase blando.
Es verdad que ahora encontramos en el mercado pulpo ya congelado o directamente ya cocido, pero en Galicia en general nos gusta seguir yendo al mercado a comprar el pulpo fresco, guardarlo en el congelador y poder sacarlo para cocinar en cualquier ocasión. Tanto si lo congelamos en casa como si lo compramos ya congelado, lo importante para cocer pulpo congelado es dejarlo descongelar en la nevera el día anterior al que lo vayamos a cocer.