Crumble de manzana

El crumble es un postre tradicional británico que se prepara en el horno y que consiste en combinar una base de frutas cocinadas (en este caso manzanas) con una cobertura crujiente y quebradiza hecha a base de harina de trigo, mantequilla y azúcar. El resultado es una mezcla sorprendente y deliciosa de texturas y sabores que se acompaña habitualmente con helado o nata montada.
Para preparar este crumble de manzana tradicional, lo ideal es usar distintos tipos de manzanas para conseguir una combinación interesante de sabores y texturas diferentes. En esta ocasión, vamos a utilizar manzanas Golden, Royal Gala y Granny Smith pero podéis usar las variedades de manzana que más os gusten o incluso usar una única variedad de manzana.
Pelamos las manzanas y después, las vamos a cortar en trozos medianos que no hace falta que sean exactamente iguales.

Ponemos las manzanas en una cazuela y añadimos la ralladura de limón (recordad lavar muy bien el limón antes), el azúcar moreno, el agua, la canela en polvo y mezclamos bien el conjunto.

Ponemos la cazuela a fuego medio-fuerte y cuando el agua empiece a burbujear, tapamos la cazuela, bajamos el fuego a fuego medio-bajo y dejamos cocinar unos 5-7 minutos. Después, apagamos el fuego y reservamos. En este paso no queremos cocinar del todo las manzanas ya que después, terminarán de hacerse en el horno.

Ahora vamos a preparar la masa del crumble. Para ello, ponemos la harina de trigo en un bol amplio y le añadimos la mantequilla (que tiene que estar muy fría) cortada en daditos. Yo lo que hago es cortarla en daditos con unos minutos de antelación y volver a ponerla otra vez en la nevera hasta el momento de hacer la masa. Y ahora vamos a empezar a mezclar la harina con la mantequilla utilizando únicamente las yemas de los dedos hasta que se vayan formando una especie de migas. Veréis cómo poco a poco en cuestión de un par de minutos tenemos estas migas listas.

Cuando tengamos listas las migas de harina y mantequilla, vamos a añadir el azúcar. En esta ocasión, añadimos la mitad de azúcar blanco y la otra mitad de azúcar moreno pero podéis usar toda la cantidad de uno o del otro en función de los gustos o de lo que tengáis a mano por casa.
Y otra vez utilizando solamente las yemas de los dedos, volvemos a mezclar hasta integrar el azúcar completamente y obtener unas migas como las que se ven en la foto, unas más gruesas y otras más pequeñas...Esa es la gracia del crumble.

Para hacer el crumble, nosotros vamos a usar el típico molde redondo de los que tiene el borde ondulado (el nuestro tiene 25 cm de diámetro) pero se puede usar cualquier molde o fuente apto para horno que tenga una capacidad parecida.
Colocamos en el molde las manzanas con todo el jugo que haya quedado en la cazuela y empezamos a repartir las migas de la masa por encima hasta que quede toda la superficie perfectamente cubierta intentando hacer una capa que sea uniforme, que no nos quede más montón de masa en unas partes que en otras. A priori puede parecer mucha cantidad de masa pero realmente no lo es y después en el horno se va a cocinar perfectamente. Además recordad que el crumble tiene un acabado bastante tosco y más bien grueso.
Con el horno precalentado a 200º C, con calor arriba y abajo, metemos en molde en la zona media-baja del horno y horneamos a 190º C durante 15 minutos. Después, subimos el molde a la zona media-alta del horno y dejamos hornear 15 minutos más igualmente a 190º C. Y para terminar ponemos el ventilador del horno unos últimos 5 minutos y ya podemos sacar el molde para servir el crumble calentito recién hecho que es cómo más rico está.

Lo más típico es servir el crumble de manzana caliente o templado, acompañado de una bola de helado, un poco de nata montada o un coulis de frutos rojos pero así solo sin acompañamiento está igualmente delicioso.
¿QUÉ OPINAS DE ESTA RECETA DE CRUMBLE DE MANZANA?
Y si te animas a preparar esta receta del crumble tradicional británico, nos encantaría saber qué tal fue el resultado. Más abajo puedes compartir la receta o puntuarla.