Gambas a la sal

Esta receta de gambas a la sal es una manera diferente de cocinar las gambas en el horno y la verdad que es una forma súper limpia de hacer las gambas sin prácticamente manchar y sin nada de olor. El resultado son unas gambas súper jugosas y llenas de sabor que se cocinan en su punto justo tanto de cocción como de sal.
Lo único que necesitamos para esta receta son unas gambas de una calidad aceptable y que tengan un tamaño medio o grande. Dicho esto, esta receta no puede hacerse con esas gambas chiquititas congeladas que ya se venden peladas. Si sois capaces de quitarle el intestino a las gambas sin pelarlas ni romperlas perfecto pero si no, las dejaremos así tal cual. Además de las gambas, vamos a necesitar limón y sal gruesa (sal gruesa de la normal, no de la especial de horno).

Ponemos la sal gruesa en un bol y le añadimos la ralladura de limón (recordad que hay que lavar muy bien el limón antes de rallarlo) y el zumo de limón. Mezclamos bien con una cuchara para que toda la sal se humedezca y conseguir una especie de "sal al limón".

Intentaremos usar una fuente de horno que se adapte a la cantidad de gambas que vamos a preparar para que las gambas no nos queden muy apretadas. Colocamos un poco menos de la mitad total de la sal en la base de la fuente de horno haciendo como una "cama" para las gambas. Cuando tengamos lista la cama de sal, colocamos las gambas pegaditas unas a la lado de las otras como se ve en la foto. Cuando tengamos todas las gambas colocadas, añadimos el resto de la sal haciendo una capa por encima que cubra perfectamente todas las gambas y presionaremos ligeramente con las manos para compactar un poco esta capa de sal.

Con el horno precalentado a 180º C con calor arriba y abajo, sin ventilador, metemos la fuente en el horno a media altura y horneamos durante 10 minutos. El tiempo de horneado puede variar mínimamente en función del tamaño de las gambas pero con un horneado de entre 10-12 minutos, deberían quedar perfectas.
Después de estos 10 minutos de horneado, retiramos la fuente del horno y vamos a ir quitando la capa superior de sal con una cuchara como si estuviésemos desenterrando las gambas. Cuando hayamos retirado prácticamente toda la sal, sacamos las gambas de la fuente sacudiendo el exceso de sal que les pueda haber quedado pegado o también podemos darles un par de pasadas con papel de cocina para retirar esas arenas de sal que les puedan quedar.

Y ya tenemos listas para disfrutar estas gambas a la sal súper jugosas! Podemos comerlas solas o acompañadas de unas rodajitas de limón o un poco de mayonesa o salsa rosa.
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