Mermelada de nectarina

Lo primero que vamos a hacer para preparar la mermelada de nectarina será lavar muy bien las nectarinas y cortarlas en trocitos. Colocamos las nectarinas en una tartera, les añadimos el azúcar y el zumo de limón y mezclamos bien con la ayuda de una cuchara.
La cantidad de nectarina que aparece en la lista de ingredientes se refiere a la nectarina ya cortada, sin la pepita.

Ponemos la tartera a fuego medio-alto hasta que la mezcla empiece a hervir. En ese momento, bajamos el fuego a fuego bajo y dejamos cocer unos 25 minutos. Durante la cocción, podemos ir removiendo de vez en cuando para que el conjunto no se pegue a la tartera.

Pasados los 25 minutos, ya debería estar lista la mermelada de nectarina. Dependiendo de si nos gusta la mermelada con o sin trocitos de fruta, podemos dejar la mermelada tal cual está o bien, triturarla con la batidora. A nosotros nos gusta sin tropezones, así que la pasamos por la batidora.
Para comprobar si la mermelada está en su punto, podemos hacer la prueba del plato. La prueba del plato consiste en colocar encima de un plato muy frío (podemos meterlo antes 5 minutos en el congelador), una cucharada de la mermelada. Esperamos medio minuto a que se enfríe un poco la mermelada y con un dedo atravesamos por el medio de la mermelada haciendo como una raya. Si la mermelada permanece separada, significa que ya está en su punto.

Para conservar la mermelada, la metemos aún caliente en un tarro de cristal esterilizado, tanto el tarro como la tapa (nunca se deben usar tapas oxidadas o abombadas). Para esterilizar los tarros y las tapas, hay que hervirlos en una olla con agua durante 10-15 minutos. Después, se escurren bien y se colocan boca abajo encima de un paño de cocina limpio hasta que se sequen.
Llenamos el tarro con la mermelada sin llenarlo del todo, dejando como 1-2 cm libres. Cerramos bien los tarros y los metemos en una olla con agua hirviendo cubiertos casi hasta arriba del todo. Dejamos que hiervan durante mínimo 15 minutos y después, los sacamos de la olla y los ponemos boca abajo hasta que se enfríen.
Cuando estén fríos, comprobamos que ningún tarro pierde, lo que significaría que la tapa está en mal estado o que no se ha hecho el vacío correctamente.
Si hemos hecho poca cantidad de mermelada y es la cantidad justa que vamos a consumir en pocos días, no haría falta hacer el proceso de vacío. Simplemente, llenaríamos un bote limpio con la mermelada caliente y la dejaríamos enfriar a temperatura ambiente. Una vez fría, la guardamos en la nevera y hay que consumirla en un plazo de 5-7 días.

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