Pimientos asados al horno

Lo primero que vamos a hacer para preparar los pimientos asados al horno es lavar muy bien los pimientos y después secarlos con papel de cocina. En una fuente de horno, ponemos en la base un chorrito de aceite de oliva virgen extra y ponemos encima los pimientos. Los pimientos es preferible que queden completamente cubiertos de aceite de oliva y para ello, podemos pincelarlos con la ayuda de un pincel o simplemente embadurnarlos bien con las manos.
No les vamos a añadir sal antes de meterlos en el horno, ya que los vamos a sazonar una vez asados y pelados cuando los vayamos a consumir.

Con el horno precalentado a 200º C, con calor arriba y abajo, metemos la fuente en el horno a media altura durante 45 minutos. Pasados los 45 minutos, sacamos la fuente del horno y la tapamos con papel de aluminio. Vamos a dejar la fuente tapada con el papel de aluminio unos 20-30 minutos. En este tiempo, los pimientos terminarán de cocinarse y van a soltar un jugo súper rico que usaremos después para guardar los pimientos.
Después de estos 30 minutos, retiramos el papel de aluminio y como se ve en la foto, han soltado un montón de jugo.

Dejamos que los pimientos pierdan un poco de temperatura para no quemarnos y entonces, vamos a pelarlos eliminando todas las semillas y a cortarlos en tiras con las propias manos.
Los pimientos asados al horno podemos comerlos recién asados o bien conservarlos en la nevera dentro de un bote de cristal cubiertos con su jugo durante 5-7 días.
Recordar que no salamos los pimientos cuando los asamos, por lo que tendremos que sazonarlos cuando los vayamos a preparar para comer.

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