Flaó ibicenco

El flaó es seguramente el dulce más conocido de las Islas Baleares junto con la ensaimada pero el flaó es típico de Ibiza y Formentera donde se preparaba antiguamente para el Domingo de Pascua aunque en la actualidad se elabora durante todo el año.
El flaó es un pastel o tarta que tiene una base parecida a una masa quebrada que se hace con manteca de cerdo y se aromatiza con anís y ralladura de limón y el relleno se hace a base de requesón, huevos, azúcar y hierbabuena. El requesón que se usa en el flaó tradicional es un requesón de leche de cabra o de oveja (o mezcla de ambos) que es del que habitualmente se disponía en la isla. Como el requesón de cabra o de oveja no es fácil de conseguir en todas las regiones de la península, nosotros vamos a usar requesón de leche de vaca pero también se podría usar queso crema o incluso queso fresco del tipo Burgos o también queso fresco de cabra que éste sí es más fácil de conseguir.
El resultado es un dulce con una combinación sorprendente de sabores, aromas y texturas, ya que la base es como una galleta riquísima con todo el aroma del anís y el limón y el relleno es una mezcla jugosa y súper apetecible del sabor del requesón con la hierbabuena. Sin duda, el flaó se ha convertido en uno de nuestros postres preferidos que además es perfecto para preparar en casa cuando tenemos bastantes personas a comer.
Lo primero que vamos a hacer es preparar la masa de la base del flaó. Para ello, ponemos en un bol amplio la harina de trigo común y le añadimos una pizca de sal. En un bol aparte ponemos el azúcar y le añadimos la ralladura de limón, mezclamos bien y añadimos esta mezcla a la harina. Añadimos también el anís en grano (matalahúva).

Mezclamos bien con una cuchara y después, incorporamos la manteca de cerdo fría de la nevera y la vamos a mezclar utilizando únicamente las yemas de los dedos hasta que se vayan formando una especie de migas. Cuando tengamos la manteca bien integrada, hacemos un hueco en el bol a modo de volcán y añadimos ahí el huevo y el licor de anís.

Y amasamos con las manos hasta tener una masa compacta como se ve en la foto. Después, pasamos la masa a la encimera y amasamos un par de minutos hasta tener una masa lisa y homogénea de manera que nos permita formar una bola que no tenga grietas. Si veis que la masa se os queda un poco seca, habría que añadir un poquito más de manteca.

Ponemos la bola de masa entre dos hojas de papel de cocina y vamos a estirar la masa con el rodillo hasta tener una lámina finita de masa que tenga sobre 2-3 mm de espesor. Intentaremos además que la lámina nos quede lo más redondita posible ya que después la tenemos que adaptar a un molde redondo. Cuando tengamos la masa estirada, podemos comprobar que tiene el tamaño suficiente para cubrir el molde que vamos a usar después. Las cantidades de la receta están calculadas para forrar un molde rizado de 25 cm de diámetro.
Una vez que tenemos la masa estirada, la vamos a colocar (igualmente entre las dos hojas de papel) en una bandeja de horno para meterla en la nevera durante 30 minutos.

Mientras se enfría la masa vamos a preparar el relleno. Lo ideal es sacar los huevos y el requesón de la nevera con un poco de antelación para que estén a temperatura ambiente. Ponemos en un bol el requesón y le añadimos el azúcar. En un bol aparte, cascamos los huevos, les añadimos sal y los incorporamos al bol del requesón. Mezclamos bien y cuando todos los ingredientes estén perfectamente integrados, añadimos las hojas de hierbabuena bien lavadas y picadas muy finitas y volvemos a mezclar.

Cuando la masa haya enfriado 30 minutos en la nevera, la vamos a colocar en el molde intentando ajustarla tanto en la base como por todo el lateral. Como veis, sobra muy poca masa que sobresalga por encima del molde pero esa poca masa que sobra la vamos a recortar con la ayuda de un cuchillo.
Con la yema de un dedo, ajustamos bien la masa en el relieve de las ondas del molde para que la masa se quede bien pegadita. Si vemos que tenemos alguna grieta en la masa o nos falta un poco en alguna zona del molde, podemos coger un poco de la masa que nos sobró y pegarla en esas zonas.

Ahora vertemos el relleno en la masa y terminamos poniendo por encima unas hojas enteras de hierbabuena. El relleno no puede cubrir toda la altura del molde ya que en el horno va a subir bastante, de manera que nos deberían de quedar libres sobre 1,5 cm como se ve en la foto.
Con el horno precalentado a 180º C, con calor arriba y abajo sin ventilador, metemos el flaó en la zona media-baja del horno y horneamos durante 45-50 minutos. Si vemos que a los 45 minutos, el flaó no se ha puesto morenito, podemos subirlo a la zona media-alta del horno los últimos 5 minutos.
Pasados los 50 minutos, apagamos el horno y espolvoreamos el flaó con un poco de azúcar y lo dejamos dentro del horno con la puerta del horno entreabierta durante 10 minutos. Después, sacamos el flaó del horno y lo dejamos enfriar completamente encima de una rejilla. Cuando el flaó se haya enfriado por completo, ya se podría comer pero estará mucho más rico si lo dejamos reposar unas horas en la nevera.

Si dejamos reposar el flaó hasta el día siguiente, a la hora de servir volveremos a añadir otro poquito de azúcar por encima.
¿QUÉ OPINAS DE ESTE FLAÓ IBICENCO?
Si te animas a preparar esta receta tradicional de flaó de la abuela, nos encantaría saber qué tal fue el resultado o si te ha surgido alguna duda.