Sardinas fritas

1) Lo primero que vamos a hacer parar preparar esta receta de sardinas fritas será limpiar y desangrar las sardinas. Aunque lo más cómodo es pedir en la pescadería que os limpien las sardinas de tripas y cabeza y así al llegar a casa solo tenéis que desangrarlas. Para desangrar las sardinas, las vamos a meter ya limpias de tripas y cabeza en un bol con agua muy fría y las dejamos sumergidas unos 20 minutos dentro de la nevera. Después, las enjuagamos con agua fría y las secamos bien.

2) Añadimos sal a las sardinas por los dos lados y después, las enharinamos bien y las sacudimos un poco con las manos para eliminar el exceso de harina que puedan coger. Lo ideal es ir enharinando las sardinas a medida que las vamos friendo para que la harina del rebozado no se humedezca. En esta ocasión, usamos una harina especial para frituras y rebozados con la que el rebozado queda más doradito y crujiente pero también se puede utilizar harina de trigo normal.

3) Para freír las sardinas, ponemos una sartén a fuego fuerte con abundante aceite de girasol. Cuando el aceite esté bien caliente, vamos friendo las sardinas en tandas de 3 o 4 para que el aceite no baje de temperatura. Antes de meter las sardinas en la sartén, podemos ponerlas dentro de un colador y darles unos golpecitos para que nos quede una capa de rebozado muy finita y uniforme.
Freímos las sardinas unos 45 segundos y después, les damos la vuelta y las dejamos freír otros 25-30 segundos hasta que se pongan doraditas. Sacamos las sardinas de la sartén escurriendo bien el aceite y las vamos colocando sobre papel absorbente.

Freímos todas las sardinas y servimos inmediatamente para comerlas calentitas recién hechas.
¿QUÉ OPINAS DE ESTA RECETA DE SARDINAS FRITAS?
Y si te animas a preparar en casa estas sardinas fritas rebozadas con harina, nos encantaría saber qué tal fue el resultado o si te ha surgido alguna duda.