Engañabobos, dulce tradicional andaluz

1) Los engañabobos son un dulce tradicional andaluz, típicos de un pueblo de Huelva llamado Alosno, que consisten en unos pequeños bocados fritos y embadurnados en azúcar y que tienen un aroma y sabor a anís y limón buenísimos. Los engañabobos deben su nombre a que en principio parece que son unos pequeños bocados de hojaldre que van a tener algún relleno interior pero que al darles el primer mordisco, están vacíos por dentro y se deshacen en la boca.
Lo primero que tenemos que hacer para preparar los engañabobos es aromatizar el aceite de oliva. Para ello, ponemos un cazo a fuego medio-fuerte con el aceite de oliva y le añadimos la piel de limón (evitando la parte blanca que es amarga) y el anís en grano. Y dejamos freír a fuego medio-fuerte hasta que los bordes de la piel de limón se empiecen a poner doraditos. En ese momento, apagamos el fuego y dejamos que el aceite pierda temperatura dentro del cazo. Después, retiramos el aceite del cazo y lo colamos para desechar los granos de anís y la piel de limón.

2) Ahora vamos a empezar a preparar la masa propiamente dicha de los engañabobos. Para ello, tamizamos la harina de trigo pasándola por un colador o tamiz y la colocamos en un bol amplio. Añadimos el azúcar y una pizca de sal y mezclamos con una cuchara. Después, hacemos un hueco en el medio de la harina como si fuera un volcán y añadimos en ese hueco el vino blanco y el aceite de oliva colado.

3) Mezclamos en un primer momento con una cuchara para que la harina absorba todos los líquidos y a continuación, vamos a amasar con las manos durante unos 5 minutos hasta tener una masa redondita y lisa.

4) Tapamos la masa con un paño de cocina y la dejamos reposar unos 30 minutos. Después, ya podemos empezar a estirar la masa de los engañabobos. Para que nos sea más fácil estirar la masa, la vamos a dividir en 2 o 3 trozos. Estiramos cada trozo con el rodillo de cocina hasta tener una lámina fina que tenga sobre 3-4 mm de grosor. Después, vamos a cortar rectángulos o cuadrados de masa con la ayuda de un cuchillo o de un cortapizzas que fue lo que usamos nosotros. Nosotros cortamos rectángulos que tenían unos 7x4 cm aproximadamente para que después nos salieran unos engañabobos de tamaño medio, ni muy grandes ni muy pequeños. Recuperamos los recortes de masa, la volvemos a estirar y repetimos la misma operación con toda la masa de los engañabobos hasta tenerlos todos cortados.

5) Para freír los engañabobos es muy importante usar abundante aceite de girasol (o de oliva suave) de manera que queden prácticamente sumergidos en el aceite. También es importante freír los engañabobos en tandas de pocas unidades, de 2 en 2 o como mucho de 3 en 3. Así conseguiremos que los engañabobos se hinchen y se den la vuelta ellos solos.
Ponemos una olla pequeña o un cazo a fuego fuerte con abundante aceite de girasol y cuando el aceite esté muy caliente (sin que llegue a humear), freímos los engañabobos unos 30-40 segundos por cada lado. Si el aceite está a la temperatura correcta, veréis cómo los engañabobos se hinchan y se dan la vuelta solos (como les pasa a los buñuelos de viento). En caso de que no se den la vuelta ellos solos, se la daremos nosotros con la espumadera.
Sacamos los engañabobos del cazo escurriendo bien el aceite y los vamos colocando en una fuente con papel absorbente para eliminar el exceso de grasa. Después, y con los engañabobos aún calientes, los vamos pasando por un bol con azúcar para que queden bien impregnados.

Y ya tenemos estos engañabobos de la abuela listos para disfrutar!
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