Pasos de la receta
Las puches o los puches (se puede decir de las dos maneras) son un dulce típico de Castilla La-Mancha que se prepara tradicionalmente la noche anterior al día de Todos Los Santos. Son como unas gachas dulces, es decir, una crema espesa preparada a base de leche, harina y aceite que tiene una textura parecida a la de las natillas y que se elabora igual que si fuera una bechamel pero dulce. El aceite se aromatiza con piel de naranja y un poquito de anís en grano y la leche con anís (licor). Antiguamente las puches eran una elaboración muy humilde que se hacían con agua pero a día de hoy lo más habitual es prepararlas con leche. La diferencia de hacerlas con agua o con leche además obviamente del sabor, también sería el color, ya que si las preparamos con leche nos van a quedar blanquecinas y si las preparamos con agua nos van a quedar más grisáceas.
Lo más tradicional es servir las puches calentitas recién hechas o templaditas, espolvoreadas con canela en polvo y acompañadas de unos picatostes de pan frito pero os diré que en nuestra casa frías de la nevera nos encantan, nos parece que están incluso más ricas.
Lo primero que vamos a hacer es preparar los picatostes y para ello, lo ideal es usar pan duro que tenga un par de días. Cortamos rebanadas finas y después cada rebanada la cortamos en cuadraditos que sean todos más o menos del mismo tamaño. Ponemos una sartén a fuego medio con abundante aceite de oliva y cuando el aceite esté caliente, añadimos el pan y freímos los picatostes hasta que se pongan doraditos. Los sacamos de la sartén escurriendo bien el aceite y los colocamos en un plato con papel absorbente para eliminar el exceso de grasa. Para freír los picatostes, hay que tener cuidado en que el aceite no esté muy fuerte ya que se queman enseguida. En nuestra vitro calentamos y freímos los picatostes a potencia 6 de un total de 9.
Colocamos la leche caliente en una jarra y le añadimos el azúcar y el licor de anís y mezclamos bien con unas varillas hasta que el azúcar se disuelva por completo. El licor de anís es opcional pero le da un punto de sabor que le queda de maravilla a las puches.
Ahora ponemos una cazuela a fuego medio con el aceite de oliva, el anís en grano y la piel de naranja (recordad que hay que lavar muy bien previamente la naranja y también hay que evitar pelar la parte blanca que es amarga). En cuanto el aceite empiece a coger temperatura, va a ir adquiriendo todos los aromas de la naranja y el anís. En cuanto veamos que la piel de naranja empieza a dorarse por los bordes, retiramos la cazuela del fuego y colamos el aceite para desechar tanto la piel de naranja como el anís. Y una vez colado el aceite, lo volvemos a poner en la cazuela.
Ponemos la cazuela con el aceite a fuego medio-fuerte y cuando el aceite esté caliente, añadimos la harina de trigo y mezclamos removiendo continuamente con unas varillas. Vamos a cocinar la harina unos 2 minutos removiendo continuamente con las varillas.
A continuación, añadimos la leche toda de golpe pero a poco a poco y sin dejar de remover con las varillas. Tenemos que cocinar las puches removiendo continuamente hasta que veamos que se empieza a formar una crema espesa parecida a unas natillas o una bechamel ligera. En el momento en que veamos que empiezan a salir burbujas en la superficie de las puches, significa que ya están listas y apagamos el fuego.
Las puches pueden servirse todas juntas en un recipiente grande o en recipientes individuales. Como dijimos al principio, lo más tradicional es servirlas calentitas recién hechas o templadas, con unos cuantos picatostes por encima y espolvoreadas con canela en polvo. Pero si no vamos a servir las puches en el momento, las guardaremos en la nevera.
Y ya tenemos listas para disfrutar estas puches manchegas tan típicas del día de Todos los Santos.
¿QUÉ OPINAS DE ESTA RECETA DE PUCHES?
Y si te animas a preparar esta receta de puches de la abuela, nos encantaría saber qué tal fue el resultado. Más abajo puedes compartir la receta o puntuarla.
Notas y recomendaciones para hacer puches manchegas, dulce tradicional de Todos los Santos
- Las puches pueden hacerse más espesas o más ligeras en función de los gustos de cada casa. Las cantidades de esta receta están calculadas para conseguir unas puches con una textura parecida a la de unas natillas espesas con se ve en la última foto. Es cuestión de aumentar o disminuir un poquito la cantidad de leche en función de si las queremos más o menos densas.
- Las puches son un dulce tremendamente simple pero increíblemente delicioso. El sabor de las propias puches junto con la canela y los picatostes de pan fritos en aceite de oliva hacen una combinación de sabores, aromas y texturas súper ricos. Personalmente es uno de mis dulces favoritos que hacemos habitualmente en casa.
- Las puches también se conocen con el nombre de natillas de pobres, migas dulces o migas de niño. Son especialmente típicas de Castilla La-Mancha pero también en muchas zonas de la Comunidad de Madrid.