Hornear el pan es la fase final del delicado y técnico proceso que supone el arte de hacer pan y más aún si hablamos de pan casero. Así que en este artículo nos vamos a centrar en ver unos cuantos trucos y consejos genéricos para que al hornear pan en casa tengamos un resultado muy digno y más que satisfactorio.
Empezaremos diciendo que los hornos que tenemos en las casas de uso doméstico no están específicamente diseñados para cocer pan, ya que transmiten el calor únicamente por las resistencias que tienen en la parte superior e inferior y lo ideal es que el calor se transmita por todos los lados. Dicho esto, es obvio que si pudiésemos contar con un horno de panadería profesional el resultado sería un pan con un punto perfecto de cocción, incluso utilizando pan precocido.Hay un sinfín de panes distintos que podemos preparar y que requieren a su vez de diferentes ingredientes, modos de elaboración y de cocción, así que antes de ponernos a hacer pan tenemos que decidir sobre estas cuestiones:
- ¿Qué tipo de pan queremos hacer? Tenemos que elegir qué pan vamos a hacer, ya que no es lo mismo hacer barras, que hogazas, chapatas o pan de molde, por ejemplo.
- ¿Qué ingredientes vamos a utilizar? En este punto entra la elección del tipo de harinas y levaduras que queremos utilizar para hacer el pan.
Una vez que hemos decidido qué pan vamos a hacer y qué ingredientes vamos a utilizar, vienen las siguientes fases del proceso: el amasado del pan, darle la forma y la fermentación. En este punto, tenemos que hacernos una pregunta fundamental, ¿cómo sabemos si el pan ya ha fermentado y está listo para hornear? Responder a esta pregunta no es fácil ya que cada tipo de pan va a tener su punto de fermentación pero de forma general podemos decir que en la mayoría de los casos el pan tiene que doblar su volumen.
Y ahora que ya hemos amasado el pan, le hemos dado la forma y lo hemos dejado fermentar, llega un momento también muy importante para el horneado que es el corte que se le hace al pan antes de meterlo en el horno. El corte, también llamado greña, es la apertura que se le hace a la mayoría de los panes para que puedan crecer en el horno.
A la hora de cocer el pan tenemos que saber que hay dos aspectos fundamentales: la temperatura y la humedad. Y en este sentido, tenemos que tener muy claro que el pan va a crecer en los primeros minutos de horneado y que necesita humedad para crecer.
¿Y cómo creamos un ambiente húmedo en un horno doméstico? Pues lo más sencillo es colocar una bandeja metálica en la base del horno y llenar la bandeja con agua en cuanto metamos el pan en el horno. Colocar las llamadas piedras de hornear en esa bandeja metálica, también resulta muy útil para generar todavía más vapor y retener más el calor.
Y en cuanto a la temperatura del horno y como norma general, podemos decir que los primeros 10-15 minutos vamos a cocer el pan a unos 250º C con mucha humedad para después bajar la temperatura del horno a unos 200-220º C, dependiendo del pan.
Una vez horneado el pan, lo dejaremos dentro del horno apagado y con la puerta del horno entreabierta durante una media hora. De esta manera conseguiremos que la corteza del pan se mantenga crujiente durante más tiempo.
Y ya por último y para disfrutar plenamente del sabor de nuestro pan casero, diremos que lo ideal es dejar enfriar completamente el pan encima de una rejilla para así apreciar todo su aroma y sabor.